En forma como nunca con la comida de siempre: ¿Es posible?

¿En forma como nunca comiendo como siempre?
¿Se puede estar en forma con una alimentación «normal»?

Cualquier profesional del sector sabe que todo buen entrenamiento debe ir acompañado de un buen plan nutricional. Y como es lógico, los entrenamientos y planes alimenticios que diseño para mis clientes buscan conseguir resultados de manera eficiente, equilibrada y en el menor tiempo posible, además de trabajar por igual la parte psicológica, buscando provocar importantes cambios en la forma en la que plantean, ejecutan y perciben el ejercicio y la alimentación.

Pero aun así creo que seguimos demasiado a rajatabla el manual y a veces no tenemos totalmente en cuenta la situación de cada cliente; a la persona más allá de los datos y medidas que le solicitamos, y olvidamos que es posible que esta no pueda contar con nuestros servicios todo el tiempo que debiera o quizá le sea complicado mantener una nutrición ideal. Debemos pensar que, tras el ejercicio y las comidas, está la familia, el trabajo, el dinero, el tiempo, las relaciones, etc. y cualquiera de estos, por el motivo que sea, puede echar abajo todo el trabajo que se haya realizado.

Por ello, y a través de mi experiencia personal y con mis clientes, hay dos aspectos del entrenamiento personal en los que quizá difiera con lo generalmente establecido. Y lo hago porque creo que es una buena y efectiva forma de asegurarme que, en la medida de lo posible, todo lo aprendido y realizado bajo el asesoramiento perdure en el día a día.

1. UN ÚNICO OBJETIVO PRINCIPAL: MUÉVETE.

Las razones más comunes por los que una persona contrata un entrenador suelen ser la pérdida de peso o lograr un cambio físico notable. Y dependiendo de cada caso, lo normal es establecer una serie de pautas y metas a corto, medio y largo plazo alrededor de estos objetivos.

En cambio, a mis clientes les propongo el siguiente planteamiento: Dejar en un segundo plano estos objetivos y enfocarnos en mantenernos lo más activos posible.

«El ejercicio físico no debe ser un medio, si no el fin.»

¿Por qué este cambio de perspectiva? Porque si convertimos en nuestra meta principal el ejercitarnos de manera regular, ya no sólo mediante entrenamiento si no cualquier otra actividad física (movernos en bici, subir escaleras, tareas del hogar, bailar…), empezaremos a adquirir una de las cualidades más importantes y difíciles de mantener: CONSTANCIA.

Y es que ser personas constantes nos va ayudar a combatir la pereza, la desmotivación o la irregularidad, los cuales, en la gran mayoría de los casos, son motivo por el cual se abandona un plan de entrenamiento y/o nutricional. Ser personas activas y en continuo movimiento nos va a hacer más felices, positivas, enérgicas, motivadas y decididas, cualidades que nos llevarán a seguir adelante, a mantener nuestro plan, a buscar nuevas experiencias y objetivos que, en definitiva, nos proporcionaran una vida más plena y saludable.

2. DISFRUTA COMIENDO: SALUDABLE, SI, PERO SIN RESTRICCIONES.

Como entrenador personal, una de nuestras principales tareas es la de instruir y reeducar al cliente para que pueda llevar una alimentación sana y equilibrada. Pero también es cierto que no todas las personas son capaces de mantener un cierto tipo de alimentación durante una temporada o de manera permanente. Y ya no por fallo de la persona si no también por otros factores externos como los mencionados al inicio: trabajo, economía, familia, edad, tiempo, salud, etc. lo cual es algo que quizá no tenemos tan en cuenta como debiéramos. Por ello, mi enfoque en este aspecto es lograr que una persona consiga o mantenga resultados con una alimentación más «general».

Y con alimentación «general» me refiero a lo que se ha comido, come y se comerá en la gran mayoría de hogares a diario: pastas, potajes, platos típicos, preparados, combinados, tortillas varias, carnes con salsas, embutidos, bocadillos, etc. Alimentación que no tiene por qué ser del todo errónea o contraindicada si sabemos como replantearlo.

Mi postura en este aspecto es la de proporcionar alternativas más saludables, como por ejemplo la sustitución de ciertos alimentos por otros menos calóricos y/o saludables o variar las formas de preparación y cocción por otras menos grasas, pero evitando siempre imponer restricciones. Creo que tenemos la responsabilidad de informar, que no privar, a nuestros clientes de los alimentos y comidas que puedan ser menos beneficiosas y dar libertad para que sean ellos quienes las introduzcan, aumenten, reduzcan, supriman y/o moderen. Porque personalmente considero un éxito el poder lograr que un cliente sea consciente y responsable con su alimentación, siendo él el que poco a poco vaya reconstruyendo su plan nutricional junto con nuestro asesoramiento que no simplemente siga cualquier plan o dieta que se le proporcione, recomendable o no, con tal de conseguir resultados. Así nos aseguramos que, una vez acabado el tiempo con nosotros, sabrá seguir cuidando lo que come en cualquier situación y no se verá superado si un día el plan que hacía con su entrenador ya no le sirve/puede llevarlo a cabo y no sabe que hacer.

Para finalizar, apuntar que con todo esto no pretendo criticar o desmerecer cualquier otro método, simplemente es mi enfoque como entrenador tras ponerlo en práctica personalmente durante los últimos años y que además me ha permitido generar en mis clientes continuidad en su actividad física así como un mayor mantenimiento de los resultados obtenidos, durante y tras el entrenamiento personal.


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